No es nuevo, estamos todos advertidos, la innovación tecnológica y en especial internet pueden ser una gran amenaza para nuestra privacidad. Es cierto que tienen muchas ventajas, que la red nos ha hecho la vida mucho más fácil, dándonos una gran variedad de posibilidades. Sin embargo, hay que saber utilizar estas herramientas de manera correcta, dosificarlas y sobre todo andarse siempre con pies de plomo. Como decíamos, son muchas las cosas positivas, pero hay una cara oscura, en ella encontramos problemas como el Phishing.

El phishing es una de las estrategias más comunes por los estafadores cuando actúan en internet. El objetivo es obtener datos personales de la víctima, como contraseñas, números de cuenta u otros puntos de interés. El método, es simple, el transporte del mensaje fraudulento puede ser un correo normal y corriente o un SMS, e incluso un mensaje de WhatsApp. Dentro del email en cuestión se encontrará un redireccionamiento a una página web falsa. La trampa se encuentra desde el primer momento en el que el hacker se hace pasar por una empresa de pago por internet, por ejemplo, o una institución gubernamental. En el mensaje, lo que se pide es que el usuario actualice su cuenta, opero se trata de una imitación de la web en cuestión. A continuación, si el usuario pica en el anzuelo entonces rellenará un cuestionario con sus datos, facilitándoselos al malhechor para robar su identidad.

Como vemos, no es fácil identificar o saber cuando estamos hablando de un correo falso y por lo tanto es sencillo caer. Por ello, es importante mantenerse alerta y prevenir estas situaciones antes de que puedan ocurrir. Lo primero es andarse con pies de plomo a la hora de contestar formularios en Internet o en las rede sociales, verificar antes que sean de empresas reales y no dar nuestros datos de correo y demás a la ligera. Lo mismo cuando nos lleguen emails que no esperábamos o que nos resulten extraños, es importante tener vigilada la sección de SPAM. En cuanto a las contraseñas, no revelarlas incluso a ser posible ir modificándolas periódicamente, siguiendo unas medidas de seguridad. Puede parecer obvio, pero a veces la clave viene dada en la URL que se adjunta. Si nos fijamos bien, puede que identifiquemos que no se corresponde con la de la empresa por la que se hacen pasar. Por último, tener siempre el navegador actualizado y protegerse con un buen antivirus, el que deberemos actualizar también.

Aunque todos estos detalles nos puedan parecer fáciles y evidentes, nos llegan tantas cosas a nuestros distintos gadgets y no estamos constantemente atentos ni alerta. Al primer síntoma de que nuestros datos personales y nuestra identidad pueden estar siendo usurpados hay que empezar a tomar medidas. Si te ves envuelto en un problema de un robo de identidad, debes saber que puedes actuar de manera legal. En Gómez Rodriguez abogados somos especialistas en delitos informáticos, ante cualquier amenaza ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos.